Los artistas esperan que Sines mantenga "el amor por la cultura"

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Organizado en exclusiva por el Ayuntamiento desde hace 25 ediciones, el Festival Músicas do Mundo (FMM) reúne cada año a unos 100.000 espectadores en Sines para decenas de conciertos de músicos de diversas geografías y géneros.
"La cultura no es algo para entretener a quien no tiene nada que hacer, la cultura es un derecho de la población y esto es independiente de qué partido esté en el poder", afirma la artista brasileña Bia Ferreira, quien actuó en el FMM por segunda vez.
"La cultura es lo que construye un pueblo, un pueblo sin cultura es un pueblo muerto", enfatiza la cantante de 32 años, que era una niña cuando comenzó el festival, pero sabe que el FMM hizo a Sines "conocida como una ciudad que ama la cultura" y "sería muy triste" si eso desapareciera.
El socialista Nuno Mascarenhas, que sucedió a Manuel Coelho, fundador de la FMM en 1999, dos años después de ser elegido alcalde por la CDU, no puede volver a presentarse a la alcaldía de Sines, ciudad donde Chega ganó las elecciones legislativas de mayo.
"No quedaría bien en el currículum de un alcalde ser el sepulturero de este festival", apunta Capicua, que actuó en esta edición pero también asiste al festival como espectador.
"Este es uno de los festivales más interesantes que tenemos en el panorama nacional, en primer lugar por su público fiel", afirma el artista portugués, considerando la programación "sumamente interesante" en un contexto cada vez más dictado por las leyes del mercado, y señalando que "toda la ciudad está movilizada" para un encuentro anual de "celebración de la diferencia".
Al mismo tiempo -destaca-, la FMM se preocupa por la paridad entre artistas mujeres y hombres "y esto también es una rareza" en el contexto nacional.
“Sería una pérdida inestimable no sólo para Sines, sino para el país, (...) si este festival se suspendiese”, enfatiza.
Recién llegada al "increíble" FMM, la portuguesa Lena d'Água dice que, cuando vio el vídeo del 25º aniversario del festival, se sintió conmovida "por la riqueza artística" que ya ha pasado por Sines --y también por Porto Covo, donde el festival tiene una extensión desde hace años--.
"Este público es maravilloso, espectacular, bailando, sonriendo, cantando, diciendo cosas", describió, al final del concierto "al final de la tarde, [cuando] esa hermosa luz ya descendía sobre el sol".
"Si no tuviera perros viejos que me necesiten, igualmente vendría aquí a pasar unos días", comentó, esperando que "el festival continúe" con el próximo ejecutivo.
En el Castillo de Sines, Lena d'Água cantó canciones de antes de la fundación de la FMM. «La memoria siempre ha sido importante para mí. Un pueblo sin memoria es un pueblo sin raíces, y un pueblo sin raíces es un pueblo sin apoyo, sin control de la tierra, sin estabilidad», enfatiza.
La FMM "es grande" y Bonga vino a hacer su parte en la "fiesta de la diversidad", en un "mundo que es un desastre".
A sus casi 83 años, el cantante angoleño llegó a actuar en la FMM como quien sólo va "a aquellas fiestas que realmente tienen mucho peso, mucha representatividad", y para satisfacer al público que lo sigue desde hace más de 50 años.
Otro músico experimentado, el mozambiqueño Roberto Chitsonzo, destaca "el simbolismo" de un festival que reúne a artistas de varios continentes, en un espíritu de coexistencia.
El FMM es un lugar donde se siente como en casa y donde la comunidad lusoparlante también está representada. «Para celebrar, celebrar, ensalzar nuestras culturas y mostrar lo más bello de nuestros países», enfatiza.
Por ejemplo, en esta edición se incluyó a Funaná de Cabo Verde, que tiene en Sines una de las comunidades más grandes de Portugal.
Transmitido de generación en generación, el funaná está ahora en manos de Letício Ferreira Vaz y los hermanos Adelino y António, que forman el trío Fidjus Codé di Dona y ya enseñan a sus hijos y sobrinos.
"No vamos a parar, así va a seguir, para que no muera", enfatiza Letício (más conocido como Tinho), queriendo "abrir puertas" para mostrar el funaná al mundo entero.
La 25ª edición del Festival de Músicas del Mundo finaliza hoy con fuegos artificiales y nueve conciertos, entre ellos los de las bandas portuguesas Miss Universo y Bateu Matou.
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